Caminando con la Diócesis de Canarias

En este último mes, en noviembre, tuvimos la catequesis primera sobre el plan diocesano de pastoral. Ciertamente, la imagen que comunicamos a los demás sobre la parroquia es la que van a tener en su mayoría. De ahí, la importancia de saber comunicar con nuestras palabras y experiencia personal lo que supone vivir la fe en una comunidad parroquial. El reto es llegar a los que no están entre nosotros porque no han recibido el anuncio del evangelio.

No deja de interpelar que nuestra parroquia pertenece a un barrio de unos trece mil habitantes, de los cuales en torno al medio millar participan en ella. El Evangelio tiene que ser ese fuego interno que arde en el corazón y no nos deja inquietos en la predicación y testimonio del evangelio a tiempo y a destiempo, con unos y con otros.

A lo largo del curso, iremos recibiendo de quienes lo deseen sugerencias y propuestas para renovar la parroquia, con el fin de llevar el anuncio del evangelio a quienes no lo han recibido aún. Esta primera catequesis se completó con una celebración oración parroquial en torno al mismo tema. Esperamos y así lo deseamos, que todo esto nos vaya movilizando a todos en nuestro modo de vivir y entender la fe, en nuestra capacidad de arriesgar y salir al encuentro de los demás.

1 comentario:

  1. Desde mi experiencia,ciertamente la labor la hace Cristo a través de nosotros. De las personas que se acercan por 1ª vez, las hay que sólo necesitan un servicio puntual por un funeral, misa aniversario, algún sacramento y para de contar. Quizá en ese instante también se quedan a celebrar la eucaristía y no se les vuelve a ver. Tampoco se trata de "echarles el lazo", sólo Dios sabe el momento en que ha de tocarles el corazón, llamar a su puerta para que cada uno les abra y hacer fiesta en sus vidas. Por supuesto que se fijan mucho en el recibimiento que se les da, pero suelen marchar sin más. Donde pienso desde mi mísera aportac. que somos instrumentos en manos de Dios, para atraer (e insisto sólo el Señor sabe cuándo, qué persona va a llamar, de quién se sirve, etc...), es en los que acuden varias veces seguidas en poco tiempo notándoseles que observan callados, se suelen quedar un poco más de tiempo al finalizar las eucaristías, se acercan a preguntar algo... Es con esas personas, con las que sintiéndonos instrumentos en manos de Dios, sin agobios, con mucha delicadeza, amabilidad, prudencia, sonrientes y acogedores, nos podemos acercar pues aunque insisto no tengo mucha experiencia y quizá haya que atraer de otra forma, aporto mi propia experiencia de cómo me ocurrió a mí en particular cuando llegó el momento de recibir el "Amor primero".
    Si la persona está viviendo la inquietud de la "llamada" pero se le acorrala demasiado, no es muy bueno. La obra la hace Dios, valiéndose de los que ya hemos sentido su llamada. Jamás hemos de pensar que somos ninguno en particular. El Señor nos conoce y sabe el "feeling" que cada miembro de la comunidad posee y a partir de ahí, Él hace la obra..., lo demás vendrá por añadidura.

    ResponderEliminar