En este momento de la noche, cuando me pongo ahora a escribir frente a la pantalla del ordenador me siento extraño. Hace unas horas se ha declarado la sede vacante en la Iglesia.No hay Papa. Y no lo hay porque haya muerto, sino porque ha renunciado que es distinto. Además, la primera vez que veo esto en la vida, tampoco me lo ha contado ninguna persona mayor que haya sido testigo de esto. Claro, para eso tendría que ser alguien que viviera hace 600 años con el caso del Papa Celestino V que tomó una decisión similar.
Cuando murió Pablo VI, era el verano de 1978, había acabado 8º de EGB, era un adolescente preguntándome por el sentido de mis días, vivía por entonces un importante despertar vocacional en mí. La muerte de Juan Pablo II me impactó mucho en 2005, recuerdo que los días posteriores a su fallecimiento fueron para mí de una paz interior intensa, de una experiencia fuerte de sentirme Iglesia.
Hoy la renuncia del Papa Benedicto me lleva a una reflexión muy sencilla pero muy honda. Me siento más que nunca miembro vivo de la Iglesia, de la comunidad de los seguidores de Jesús, cada vez vivo con más pasión y entusiasmo que nunca mi pertenencia eclesial. Con libertad, comunicando y anunciando el evangelio en todo momento y ocasión, a tiempo y a destiempo...Creo que es necesaria una renovación en la pastoral, que no podemos seguir haciendo lo de siempre. Son tiempos de nueva evangelización. Critico muchas veces la lentitud de la Iglesia para cambiar, pero lo hago con el convencimiento de que la amo porque soy parte viva de ella.Pido al Espíritu Santo nos conceda su luz a todos los miembros de su Iglesia. Creo que vienen tiempos nuevos.
Todos los creyentes en Jesús de Nazaret, en Cristo resucitado tenemos una oportunidad preciosa estos días para tomar conciencia de algo importante. Mi fe como creyente, como sacerdote, la fe de los bautizados no es en personas, en estructuras, es la confianza en el Señor.Así lo siento y así lo expreso con emoción mientras escribo.
Estos días han sido intensos en cuanto que he seguido de cerca las noticias sobre este histórico evento eclesial de la renuncia de Benedicto XVI. También, una intención especial en la oración y la eucaristía. Prometo seguir escribiendo algo más sobre los acontecimientos eclesiales que estamos viviendo. Me atrevo a decir que el Cónclave quizá sea antes de los quince a veinte días previstos por la normativa eclesiástica. Probablemente el lunes 11 de marzo comience, y en una semana como mucho haya nuevo Papa. Sobre las especulaciones sobre su talante y otros datos a tener en cuenta,expresaré en estos días mi opinión, con todo el permiso que nos da el Espíritu Santo para pensar con libertad.
Como homenaje a Benedicto XVI, y recogiendo lo más importante de estos últimos quince días desde que él hizo pública su renuncia, he presentado hoy en la parroquia este vídeo.
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