A pocas horas de salir elegido el nuevo Papa, sucesor de Pedro, con permiso del Espítiu Santo, me tomo la libertad para pensar en voz alta y compartir contigo, lector, algunas pinceladas de mi sueño.
No sueño con un superman. Sueño con un Papa ante todo muy humano, consciente que en medio de sus luces y sombras, como tiene toda persona, se sienta instrumento del Señor. No busco alguien tremendamente extraordinario, simplemente alguien que sabe vivir intensamente el día a día, con la mirada confiada en el futuro.
No sueño con un gran teólogo. Ciertamente, quien hoy es cardenal tiene un importante bagaje cultural y teológico. Lo que es necesario, es un talante pastoral, que haya estado muy cerca de la gente para comprenderles bien. Esa es la mejor teología, la que nos acerca a la realidad nuestra de cada día a la que debemos contemplar con lo ojos abiertos, sin desviar la mirada a otro lado.
No sueño con una persona avanzada en años. Hay quienes creen que por ser mayor, más puede aportar de su propia experiencia eclesial. Sin embargo, la fuerza, el vigor, la vitalidad de quienes son más jóvenes es lo que interesa a la Iglesia de hoy. La comunidad católica universal necesita de salir de su letargo por la mediación de alguien joven y despierto con fuego vivo por el Evangelio, ardiendo en su corazón.
No sueño con un Papa europeo. Cuando decimos que la Iglesia es católica, equivale a decir universal. En este sentido, durante mucho tiempo la visión que impera es la del continente europeo. Sin embargo, donde hoy existen más católicos es en Latinoamérica y qué decir también de la vitalidad de otros continentes como Asia o Africa.
Sueño con alguien valiente, fiel a la misión recibida por Jesús, seguidor suyo, predicador incansable de la Buena Noticia del Reino de Dios. Con deseos de animar, con visión de que el momento actual de la Iglesia y el mundo no es algo negativo, sino una oportunidad magnífica para llegar al corazón de cuantas personas buscan un sentido a sus días, creyentes o no.
Sueño con quien tenga una sensibilidad por las heridas del hombre y la mujer de hoy, cercano a quienes viven marcados por el dolor, las consecuencias de la crisis económica, las personas más desfavorecidas de nuestro sistema actual...
Sueño con un cristiano dialogante y con capacidad de escucha, atento a los signos de los tiempos de hoy. Así creará puentes de comunicación con el mundo y la cultura de hoy, con otras religiones y espiritualidades.
Sueño con todo lo que supone mirar hacia adelante, tomando todo lo mejor del camino recorrido hasta ahora, creativo y amigo de lo bueno y lo nuevo. Eso sí, sin olvidar por supuesto en primer lugar la vivencia del evangelio, el concilio Vaticano II, el papel importante de los laicos, una renovada organización pastoral, la nueva evangelización...
Sueño con alguien que sea muy consciente que la Iglesia no es del Papa, no es Pedro, es de Jesús. Una persona convencida que el Espíritu Santo no duerme porque desea mantener despierta a su Iglesia, comunidad seguidora de Jesús de Nazaret.
Sueño con un creyente convencido de que las grandes decisiones y los cambios no se toman por propia decisión y voluntariedad, sino después de orarlo y contrastarlo a la luz de Dios, desde un discernimiento auténtico y real.
Sueño con...¿Y tú, con qué Papa sueñas?
""Tenemos Papa"".Es tan grande la emoción que se vive que mi corazón palpita de felicidad.
ResponderEliminarQue Jesús Sacramentado le colme de bendiciones.
¡¡Felicidades a la Iglesia Católica!!.
Creo que la elección ha sido muy acertada,según he podido escuchar en todos los medios de comunicación a mi me ha emocionado con sus grato mensaje corto pero fructífero y lleno de esperanza,al mundo en los momentos que todos sabemos que pasamos.Pienso que los jóvenes van a tener a un Papa muy cercano y humilde en este año de la fe.La plaza de San Pedro ha dado muestras de cariño y de gratitud.Ha sido tan emotivo y venga de donde venga es el Papa. (Bendiciones y oraciones para Su Santidad Francisco I.)Concede tú luz y tú verdad al corazón de la Iglesia.
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