Vivo enamorado

En este día de San Valentín he ofrecido la eucaristía por todas las personas a las que amo, por quienes me quieren y por aquellos que no me quieren. Para quienes no lo saben, recordar que San Valentín fue un sacerdote cristiano mártir del siglo II que dio su vida por amor a Cristo, frente a las amenazas de dejar su fe. Era un enamorado de Cristo, y es que nadie puede dar la vida por alguien a quien no ama, a quien no conoce. Si conociéramos más a Cristo, si lo amáramos más estaríamos a dar la vida por Él con valentía, sin miedo.Nadie da la vida por alguien a quien no conoce ni ama.

Aunque en la eucaristía había intenciones por difuntos, los hemos tenido presentes, pero hice una invitación a quienes venían por sus difuntos: "¿Cuántos de los que vienen hoy aquí por las intenciones de sus difuntos han ofrecido alguna misa por sus vivos, por algún familiar, por sus amistades para pedir por ellos, para dar gracias...?" Lo importante es lo que hagamos por nuestros vivos, está claro. E incluso ser más expresivos, aprender a decir "¡Te quiero!" y saber valorar lo bueno de cuantas personas nos rodean, aprender a decirselo personalmente.Dejar todo eso para cuando ya no están y decirlo en el momento de la muerte me parece poco oportuno.

Quiero a mi comunidad parroquial, y como gesto de este amor y servicio he mostrado una vez más disponibilidad para todas las personas, con el deseo de atender, escuchar, acoger,acompañar... Y así fue, concluida la eucaristía enseguida esas palabras tuvieron eco en las personas que pasaron por la sacristía mostrando su deseo de hablar y sentirse escuchadas y acogidas.Me siento feliz y doy gracias por todos estos gestos sencillos de cada día.