Esta tarde del sábado 30 de octubre ha sido la celebración del envío de catequistas.Jornada completa, tras tener por la mañana como comentaba, el inicio del plan de pastoral en la catedral.
La celebración ha sido sencilla, pero emotiva.Las catequistas participaron de modo activo en la eucaristía de las seis de la tarde, bien desde las moniciones o las lecturas.
En la homilía, tomando como referencia el evangelio de Zaqueo comentaba que una catequista es quien busca a Jesús, no se echa atrás en sus dificultades y desde esta búsqueda lleva al encuentro con Jesús a todas las personas con las que trabaja. Se trata de una llamada que uno renueva, se esfuerza en acrecentar y priorizar frente a otras tareas.Tampoco faltó un llamamiento para que en nuestra comunidad el Señor suscite diversos dones y carismas para la evangelización.
El rito del envío fue hecho al final donde las catequistas se comprometieron ante el sacerdote a renovar su llamada, a profundizar en la formación en todas sus dimensiones y a vivir en comunión con la Iglesia, la diócesis, la parroquia... como signo de unión y fraternidad entre todos. Antes de recibir la bendición y una pequeña cruz que decía "Jesús, el Pan de la Vida", renovaron su llamada con la plegaria que aparece a continuación. Un día para dar gracias al Señor porque no cesa de suscitar ministerios para proclamar su Palabra.
La celebración ha sido sencilla, pero emotiva.Las catequistas participaron de modo activo en la eucaristía de las seis de la tarde, bien desde las moniciones o las lecturas.
En la homilía, tomando como referencia el evangelio de Zaqueo comentaba que una catequista es quien busca a Jesús, no se echa atrás en sus dificultades y desde esta búsqueda lleva al encuentro con Jesús a todas las personas con las que trabaja. Se trata de una llamada que uno renueva, se esfuerza en acrecentar y priorizar frente a otras tareas.Tampoco faltó un llamamiento para que en nuestra comunidad el Señor suscite diversos dones y carismas para la evangelización.
El rito del envío fue hecho al final donde las catequistas se comprometieron ante el sacerdote a renovar su llamada, a profundizar en la formación en todas sus dimensiones y a vivir en comunión con la Iglesia, la diócesis, la parroquia... como signo de unión y fraternidad entre todos. Antes de recibir la bendición y una pequeña cruz que decía "Jesús, el Pan de la Vida", renovaron su llamada con la plegaria que aparece a continuación. Un día para dar gracias al Señor porque no cesa de suscitar ministerios para proclamar su Palabra.
Oración del catequista
Te damos gracias, Padre,
porque nos has dado
el ministerio de la catequesis.
con el que tu Espíritu
construye a tu Iglesia:
ayúdanos siempre a reconocer
y valorar este don.
Reconociendo este regalo que nos haces,
renovamos nuestro compromiso como catequistas
al servicio de nuestra comunidad parroquial de la Santa Cruz.
Haz que nos sintamos catequistas
responsables de la Palabra de Dios
en virtud de nuestra vocación cristiana,
nacida en el Bautismo,
acrecentada en la Confirmación
y sostenida por la Eucaristía.
Que el Espíritu del Señoracompañe a las familias
como primeras educadoras de la fe de sus hijos.
A la vez que renovamos nuestra vocación de catequistas,
queremos pedirte que suscites nuevos catequistas,
preparados para las diversas exigencias,
anunciadores de Cristo a los hermanos,
sabios educadores de la fe en la vida cotidiana,
servidores fieles del Evangelio.
Fortalece a nuestra comunidad cristiana
de la Santa Cruz, para que nos sintamos apoyadas
en todo momento por los hermanos y hermanas
de nuestra asamblea.
Te lo pedimos por Jesucristo,
Palabra hecha carne,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
porque nos has dado
el ministerio de la catequesis.
con el que tu Espíritu
construye a tu Iglesia:
ayúdanos siempre a reconocer
y valorar este don.
Reconociendo este regalo que nos haces,
renovamos nuestro compromiso como catequistas
al servicio de nuestra comunidad parroquial de la Santa Cruz.
Haz que nos sintamos catequistas
responsables de la Palabra de Dios
en virtud de nuestra vocación cristiana,
nacida en el Bautismo,
acrecentada en la Confirmación
y sostenida por la Eucaristía.
Que el Espíritu del Señoracompañe a las familias
como primeras educadoras de la fe de sus hijos.
A la vez que renovamos nuestra vocación de catequistas,
queremos pedirte que suscites nuevos catequistas,
preparados para las diversas exigencias,
anunciadores de Cristo a los hermanos,
sabios educadores de la fe en la vida cotidiana,
servidores fieles del Evangelio.
Fortalece a nuestra comunidad cristiana
de la Santa Cruz, para que nos sintamos apoyadas
en todo momento por los hermanos y hermanas
de nuestra asamblea.
Te lo pedimos por Jesucristo,
Palabra hecha carne,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
¡El catequista tiene una profunda vida interior!
ResponderEliminarNadie da lo que no tiene.Para transmitir fielmente el mensaje de Dios:ser una persona con una profunda vida interior,que reconocen el valor de la oración y que aman profundamente a Jesucristo y a su Iglesia.Este amor forzosamente se refleja en tu trabajo de catequesis.Su ejemplo transmite una convicción profunda de la fe católica,comunica una gran experiencia de Dios,contagia el amor de Cristo
a los demás.viendo al catequista los alumnos
descubre y experimentan a Dios de manera personal en sus vidas.Su testimonio guía a los
alumnos a preferir a Dios sobre los atractivos
del mundo,es testigo del gran tesoro de la fe
católica por el cual vale la pena luchar.Es capáz de motivarlos a mejorar y crecer como hombres y crecer como cristianos siguiendo el
ejemplo de Cristo.Que Él Señor derrame bendiciones en cada una de ellas.Un abrazo para todas."Gracias Julio que Dios te bendiga"