Se llama Emilio y tiene un espíritu tan joven que es encantador. Ya ha entrado en la década de los ochenta y ahí está, cada domingo celebrando la eucaristía de las nueve de la mañana. Ahí está al pie del cañón con el voluntariado de Cáritas. Es una presencia alentadora, todo un estímulo para cuantos trabajan con él. No le falta la sonrisa en el rostro, su buen humor y su mirada afable.Aunque reconoce su limitación por la edad, tiene un espíritu de servicio y disponibilidad increíble. Me refiero al Padre Emilio Cuevas, jesuita, que ya lleva muchos años vinculado a nosotros. Hoy le he saludado.
Doy gracias por él, es un regalo del Señor para nuestra comunidad parroquial. Ojalá yo pueda llegar a esa etapa en mi vida, con esos mismos deseos de seguir sirviendo a los hermanos. Todo un aliento importante.
Junto con él, doy gracias al Señor por el voluntariado de Cáritas que él anima. Son los que aparecen en la foto. Me encontré con el grupo, para animarlo en esta importante tarea de servir a los pobres. Es fundamental esta dimensión social de la comunidad, de este modo nuestra fe es creíble porque se manifiesta en la atención a los más desfavorecidos. En este sentido, cada martes de seis a siete de la tarde será la acogida de Cáritas para todas aquellas personas que lo necesiten. Ciertamente, como decía el Padre Emilio,lo difícil a veces es llegar a esos pobres a los que les da vergüenza pedir. Continuaremos con la formación y coordinación a través de la coordinadora arciprestal.Un momento importante será la celebración en noviembre, de la asamblea diocesana de Cáritas.
Hay necesidades sociales que atender, como los inmigrantes. De hecho, un proyecto que se desea llevar a cabo es de atención a este colectivo que llega hasta nuestras islas.
Y junto a ello, la atención a la parroquia. Oliver y Yurena fueron con los testigos para hacer su expediente matrimonial, una joven pareja que se casan en octubre en la parroquia de Santo Domingo. La misa hoy fue funeral por Juan Antonio, así se llamaba el difunto. Como dije, no olvidaré esta celebración porque ha sido la primera misa funeral. Como vengo haciendo en estos días, sigo invitando a quienes vienen de modo puntual para que lo puedan seguir haciendo más a menudo, siempre que lo deseen porque aquí tienen su casa.
Tú, que me lees, seas de donde seas sabes que aquí en este blog tienes tu casa. Si un día puedes acercarte hasta nuestra comunidad parroquial de la Santa Cruz, te encontrarás un grupo de hermanos que te reciben con los brazos abiertos. Y es que la vida parroquial es así, en ella se entrecruza la vida y la muerte, la existencia compartida en todas sus dimensiones para hacer de la vida un hermoso regalo que se entrega a los demás.
Doy gracias por él, es un regalo del Señor para nuestra comunidad parroquial. Ojalá yo pueda llegar a esa etapa en mi vida, con esos mismos deseos de seguir sirviendo a los hermanos. Todo un aliento importante.
Junto con él, doy gracias al Señor por el voluntariado de Cáritas que él anima. Son los que aparecen en la foto. Me encontré con el grupo, para animarlo en esta importante tarea de servir a los pobres. Es fundamental esta dimensión social de la comunidad, de este modo nuestra fe es creíble porque se manifiesta en la atención a los más desfavorecidos. En este sentido, cada martes de seis a siete de la tarde será la acogida de Cáritas para todas aquellas personas que lo necesiten. Ciertamente, como decía el Padre Emilio,lo difícil a veces es llegar a esos pobres a los que les da vergüenza pedir. Continuaremos con la formación y coordinación a través de la coordinadora arciprestal.Un momento importante será la celebración en noviembre, de la asamblea diocesana de Cáritas.
Hay necesidades sociales que atender, como los inmigrantes. De hecho, un proyecto que se desea llevar a cabo es de atención a este colectivo que llega hasta nuestras islas.
Y junto a ello, la atención a la parroquia. Oliver y Yurena fueron con los testigos para hacer su expediente matrimonial, una joven pareja que se casan en octubre en la parroquia de Santo Domingo. La misa hoy fue funeral por Juan Antonio, así se llamaba el difunto. Como dije, no olvidaré esta celebración porque ha sido la primera misa funeral. Como vengo haciendo en estos días, sigo invitando a quienes vienen de modo puntual para que lo puedan seguir haciendo más a menudo, siempre que lo deseen porque aquí tienen su casa.
Tú, que me lees, seas de donde seas sabes que aquí en este blog tienes tu casa. Si un día puedes acercarte hasta nuestra comunidad parroquial de la Santa Cruz, te encontrarás un grupo de hermanos que te reciben con los brazos abiertos. Y es que la vida parroquial es así, en ella se entrecruza la vida y la muerte, la existencia compartida en todas sus dimensiones para hacer de la vida un hermoso regalo que se entrega a los demás.
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