Hace un rato llegué de la Higuera Canaria, el barrio de Telde, en Gran Canaria, donde he estado los tres últimos años. Hoy a las ocho de la noche, en la parroquia del Sagrado Corazón era la toma de posesión del nuevo párroco, Antonio Fernández Parrilla. Él me había invitado a acompañarle este día y gustoso estuve compartiendo con él y con la comunidad cristiana allí reunida. Tenía deseos de estar ahí. Llegué con el tiempo justo, porque venía de decir la misa de siete en la parroquia. La toma de posesión ha sido una celebración de la Palabra presidida por el vicario del sur de Gran Canaria, Francisco González y donde ha estado también el que será desde mañana nuevo párroco de San Juan de Telde, José Cabrera. Al finalizar, ha habido un rato para compartir juntos con lo que cada uno quiso traer.
Confieso que ha sido muy emotivo. Cuando, con el coche, iba por la carretera me sentía medio emocionado, casi con un nudo en la garganta, recordando todo lo vivido en estos años. Como yo mismo, le dije a la gente: "Les pido que la misma atención,acogida y cariño que han tenido conmigo lo tengan ahora con el nuevo párroco entrante,Antonio". Ha sido una alegría el reeencuentro con la gente. Mañana, haré todo lo posible por acompañar a José Cabrera en su entrada en la basílica de San Juan Bautista de Telde. Todo corriendo, porque la misa en la parroquia de la Santa Cruz es a las siete y esto es a las ocho, a quince kilómetros. Pero bueno, con tranquilidad que es lo importante. Lo hermoso de estas fechas es la posibilidad, cuando se puede, de poder acompañar a otros compañeros en las tomas de posesión. Cuando no he podido, me he unido en la misma celebración de la eucaristía en la parroquia.
Muchos sentimientos intensos en esta celebración. Por cierto, un día especial y no creo que haya sido casualidad, sino "diosidencias" de la vida. Tal fecha como hoy, hace 18 años llegué a Canarias, con Plácido, compañero sacerdote quien estuvo unos años conmigo aquí en las islas. "Mayoría de edad" en Canarias, es cierto, aunque soy castellano de nacimiento, palentino, me siento canario de adopción. Indicar también que hoy 24 de septiembre es la fecha de la Virgen de la Merced, sería que la Madre quiso prepararme la acogida de ésta que es hoy mi segunda tierra y mi otra familia.
En la eucaristía tuve una intención y recuerdo especial por quienes trabajan en las instituciones penitenciarias. En la Diócesis de Canarias, hay un amplio número de voluntarios en las islas, en torno al centenar que colaboran con la prisión y las familias de los internos, sirviendo de enlace y puente con ellos.
En fin, miro al futuro con decisión,seguridad,valor, valentía, entrega, confianza...Es cierto que he querido mucho a la anterior parroquia y cuando el Obispo me comentó el cambio de parroquia, le respondí que me daba mucha pena y a la vez confesaba que me entregué en alma, vida y corazón por esta comunidad parroquial del Sagrado Corazón en la Higuera Canaria. Recuerdo que me respondió el Obispo que él mismo reconocía esa entrega y afirmaba que pobre de aquel sacerdote que cuando marcha de su parroquia no siente nada, porque eso sería síntoma de que no ha querido a sus feligreses.
Ahora, estoy en la parroquia de la Santa Cruz, muy contento e ilusionado. Una nueva página en mi vida. Por mí, como suelo comentar a la gente, estaría toda la vida. Luego la realidad pastoral será la que indique el tiempo más conveniente para esta etapa. Soy consciente de que estoy de paso, pero eso no resta un ápice a mi entrega a esta comunidad parroquial de la Santa Cruz, en Miller Bajo, en Las Palmas de Gran Canaria. A mis feligreses, a mis hermanos, hombres y mujeres, niños, jóvenes y adultos, a todos los quiero con alma, vida y corazón. Ustedes son también mi familia.
Confieso que ha sido muy emotivo. Cuando, con el coche, iba por la carretera me sentía medio emocionado, casi con un nudo en la garganta, recordando todo lo vivido en estos años. Como yo mismo, le dije a la gente: "Les pido que la misma atención,acogida y cariño que han tenido conmigo lo tengan ahora con el nuevo párroco entrante,Antonio". Ha sido una alegría el reeencuentro con la gente. Mañana, haré todo lo posible por acompañar a José Cabrera en su entrada en la basílica de San Juan Bautista de Telde. Todo corriendo, porque la misa en la parroquia de la Santa Cruz es a las siete y esto es a las ocho, a quince kilómetros. Pero bueno, con tranquilidad que es lo importante. Lo hermoso de estas fechas es la posibilidad, cuando se puede, de poder acompañar a otros compañeros en las tomas de posesión. Cuando no he podido, me he unido en la misma celebración de la eucaristía en la parroquia.
Muchos sentimientos intensos en esta celebración. Por cierto, un día especial y no creo que haya sido casualidad, sino "diosidencias" de la vida. Tal fecha como hoy, hace 18 años llegué a Canarias, con Plácido, compañero sacerdote quien estuvo unos años conmigo aquí en las islas. "Mayoría de edad" en Canarias, es cierto, aunque soy castellano de nacimiento, palentino, me siento canario de adopción. Indicar también que hoy 24 de septiembre es la fecha de la Virgen de la Merced, sería que la Madre quiso prepararme la acogida de ésta que es hoy mi segunda tierra y mi otra familia.
En la eucaristía tuve una intención y recuerdo especial por quienes trabajan en las instituciones penitenciarias. En la Diócesis de Canarias, hay un amplio número de voluntarios en las islas, en torno al centenar que colaboran con la prisión y las familias de los internos, sirviendo de enlace y puente con ellos.
En fin, miro al futuro con decisión,seguridad,valor, valentía, entrega, confianza...Es cierto que he querido mucho a la anterior parroquia y cuando el Obispo me comentó el cambio de parroquia, le respondí que me daba mucha pena y a la vez confesaba que me entregué en alma, vida y corazón por esta comunidad parroquial del Sagrado Corazón en la Higuera Canaria. Recuerdo que me respondió el Obispo que él mismo reconocía esa entrega y afirmaba que pobre de aquel sacerdote que cuando marcha de su parroquia no siente nada, porque eso sería síntoma de que no ha querido a sus feligreses.
Ahora, estoy en la parroquia de la Santa Cruz, muy contento e ilusionado. Una nueva página en mi vida. Por mí, como suelo comentar a la gente, estaría toda la vida. Luego la realidad pastoral será la que indique el tiempo más conveniente para esta etapa. Soy consciente de que estoy de paso, pero eso no resta un ápice a mi entrega a esta comunidad parroquial de la Santa Cruz, en Miller Bajo, en Las Palmas de Gran Canaria. A mis feligreses, a mis hermanos, hombres y mujeres, niños, jóvenes y adultos, a todos los quiero con alma, vida y corazón. Ustedes son también mi familia.
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