Como en casa




Hoy es de esos días en la vida en que uno no puede retirarse a descansar, sin dejar constancia de lo vivido. Acaba de abrirse una nueva página en blanco en el libro de mi vida y así deseo hacer constancia de ello. Son muchos los sentimientos vividos, no siempre es fácil expresarlo en palabras.

La fiesta litúrgica de la exaltación de la Santa Cruz ha abierto esta semana y con ella algo nuevo en mi vida. Ayer decía adiós a la comunidad parroquial del Sagrado Corazón de Jesús, en el barrio teldense de la Higuera Canaria. Hoy presidía la celebración de la eucaristía en la parroquia de la Santa Cruz en el barrio de Miller Bajo en Las Palmas de Gran Canaria. Después de tres años en mi anterior destino, llego a esta nueva tarea pastoral. De tres mil habitantes de la anterior parroquia a los quince mil de mi nuevo destino.

La oración de la mañana me ayudó a centrarme en el día de hoy, a dar gracias, a situarme en esta nueva realidad. Desde las once de la mañana hasta pasadas las dos, estuve en la nueva parroquia con José Ramón, el anterior párroco. Me puso al día de todo, quizá demasiada información para asimilarla pronto. Lo más importante es que se trata de una comunidad viva y participativa, donde la gente colabora y crece en la fe. En realidad, estoy muy ilusionado y ese mismo sentimiento es el que ya hizo llegar José Ramón a la parroquia en su momento. Mucho entusiasmo, la verdad es que el anuncio del evangelio me apasiona y me motiva en mi entrega a los demás.

Por la tarde, la celebración de la eucaristía. Más de un centenar de personas. Me dicen que en ocasiones hasta trescientas acuden al templo. Algo muy especial he sentido, mucha paz, mucha fuerza, mucho ánimo...Estoy convencido que la misma fuerza me viene del Señor. Una invitación a aceptar las cruces de cada uno que siempre serán hechas a nuestra medida. Nunca serán más grandes de lo que uno puede cargar. Una pequeña cruz es el cambio de esta comunidad, tras diez años caminando con el anterior sacerdote. Cruz, al dejar mi anterior destino. En definitiva, la llamada a la fidelidad prometida al obispo en la ordenación sacerdotal: "¿Prometes obediencia a mí y a mis sucesores?", "prometo", respondí. Y el obispo añadió: "Dios que comenzó en ti la obra buena, Él mismo la lleve a término". Fidelidad al Señor para los miembros de la comunidad cristiana . Los sacerdotes anunciamos a Cristo muerto y resucitado, anunciamos la salvación de Dios ofrecida por Jesús en la cruz. Un mensaje que es buena noticia para todas las personas.

Me he presentado como hermano, pero como también y sobre todo, el pastor que les animará y acompañará en la fe. Ya desde que supe que venía a la parroquia, he pedido por todos, por los que conocía y por los que no. Les he felicitado porque todas las referencias que tengo son muy buenas. Desde hoy les considero mi familia. Un aplauso espontáneo ha arrancado de la asamblea tras mis palabras en la acción de gracias. Al finalizar el canto a la Virgen.

A la sacristía han pasado muchas personas, conocidas y no a saludar, a dar la bienvenida y la acogida. La gente, encantadora. Me he sentido como en casa. He conocido muchas personas, no quiero citar aquí nombres porque me dejaría alguno. Lo que sí es cierto, como decía yo a la gente, es que es más fácil que se aprendan mi nombre a que yo el de todos el primer día. Con Dolly, Mave y Juan hemos preparado la liturgia de los próximos días. De modo especial, la celebración del jueves, día de la toma de posesión, así como las eucaristías de los dos próximos fines de semana.

Te invito, a ti que me lees, a que te acerques hasta aquí. Iré expresando mis pensamientos, vivencias, reflexiones... todo aquello que va conformando mi vida sacerdotal. Una ayuda para toda personas lectora, sea de la comunidad parroquial de la Santa Cruz o de cualquier otro lugar del mundo, creyente o no.

1 comentario:

  1. Ese divino libro del que hablas que ha llegado
    en blanco a nuestra comunidad,cuando han pasado
    ya once meses creo que esas páginas estan ya muy llenas de amor paz alegría cariño amistad y sobre todo humildad.Y eso es lo que hemos recibido de una gran y excelente persona que además es Sacerdote y que nos has llenado nuestro corazón de mucha paz Espiritual.Porque eres un buen mensajero de Cristo, y sobre todo eres muy intelingente y que tienes unos sentimientos muy profundos a tu vocación .Te consideramos de nuestra propia familia para muchos de nosotros eres un hermano te queremos.
    En esta fecha yo aún no te conocía fué el trece
    de Octubre un día que jamás se me olvidará.Pero
    estoy encantada de haberte conocido,como persona
    y Sacerdote te admiro,eres extraordinario y muy
    grande:Un abrazo Julio desde (Gran Canaria)y de
    la Sta.Cruz que no te olvidamos te esperamos con los brazos abiertos:Que Dios te Bendiga:

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