Silencio

En el silencio de la noche,cuando ha finalizado la jornada brota de mí la gratitud al Señor. Ha sido una semana intensa la que concluye. Intensa lo será la próxima en cuanto supone irme adaptando a esta realidad, a organizar el trabajo pastoral.
Miro atrás y veo que el Señor es grande y no me abandona, cuántas veces me toma en brazos y no me ha dejado solo.
Desde esa gratitud, miro al futuro con valentía.El Señor es mi pastor, nada me falta, nada me puede faltar. Que Él, me conceda un corazón de auténtico pastor para entregarme a esta comunidad cristiana que se me confía, un corazón que vibra ante la Buena Noticia del anuncio del Evangelio, un corazón que siente el dolor de quienes caminan como ovejas sin pastor, un corazón para amar a todas las personas sin distinción y sin reservas.
Sé y soy consciente que sólo el Espíritu me mantendrá con estos deseos, la vida puede ser dura muchas ocasiones, pero la luz del Espíritu ilumina cualquier oscuridad, fortalece allá donde hay debilidad, anima cuando hay cansancio.
Sigo animando desde aquí no sólo a leer, sino a enviar comentarios, sugerencias que siempre pueden ayudar.También deseo hacer mías y de nuestra comunidad parroquial, las intenciones de oración que nos hagan llegar los lectores.

1 comentario:

  1. En este comentario que acabo de leer hay muchas cosas bonitas, y que te animan a dar una respuesta,por lo siguiente te diré que eres muy valiente y que tienes un corazón pero muy auténtico y muy grande,con unos sentimientos de humanidad extraordinarios,sientes el dolor de quién esta triste,no tienes distinción ni reservas, a todo el que se acerca a ti lo atiendes por igual,y eso en la vida es muy importate para los que nos sentimos un poquito vacios,te diré para terminar que el Señor es tú Pastor y Nada te Falta.!Pastor y Hermano¡ que Dios té bendiga.Saludos julio.

    ResponderEliminar